lunes, 16 de marzo de 2009

San Telmo - Nada que ver con Telmo el inventor

Mucha gente consulta aquí en la rectoría, acerca de los milagros del creador del Telmo cebador. No está demás aclarar que San Telmo fué un personaje completamente distinto, tanto temporal como apostólicamente hablando.

San Telmo nació un frío día de Julio (Julio Lagos), en la zona costera del Río de la Plata. Este santo hombre, dedicó casi toda su vida a la fundación de un club de fútbol, el cual figuró en los primeros campeonatos de primera división, en los albores del siglo pasado, ganándole cotejos a los incipientes Boca Juniors y River Plate (hoy a estos dos les ganan hasta los clubes de jubilados).

Telmo amasó una significativa fortuna, y con ello se dedicó a comprar antigüedades, muñecas y basuras varias. Sifones viejos, manijas de ataudes, en fin... de todo un poco.

Cuando el Telmo Fobal Clús ganó su primer campeonato, las tribunas gritaron "milagro! milagro!" quedando registrada esta curiosidad en un disco de pasta.

Esta grabación llego al mismísimo Vaticano, donde luego de oírla los cardenales comentaron "¿cuesto e' joda?".

Ante la negativa, no tuvieron otra alternativa que declarar santo al presidente del club campeón, quien murió el mismo instante en que le llegó el santo telegrama. Por un segundo, fué el único santo viviente.

Lo llevaron a la clínica Santa Intubación, pero no hubo santo que lo salvara. Lo velaron en la casa de Santo Biassatti y lo enterraron a los santos pedos.

Hoy, el barrio capitalino que porta con hidalguía su nombre, continúa con su vieja manía de juntar basura, pulirla un poco y venderla como si fueran invaluables tesoros egipcios. Mal no les va.

El San Telmo Futbol Club desapareció una tarde de verano, después de que al partido por la final del campeonato asistiera su último hincha, don Saturnino Marciano Luna, quien murió antes del final del cotejo de sobredosis de tetra e insolación.

Se disolvió en el acto el glorioso STFC. En lugar de su estadio hoy funciona un boliche de tipos calientes y minas borrachas.

Según algunos testigos, a veces se escucha, lejano, el aliento de las tribunas en la final de aquel primer campeonato.

Claro, que estos testigos siempre están hasta las orejas de tinto y soda...

Se supone que procede de las viejas fotografías colgadas en la pared, pero no se ha podido comprobar jamás esta teoría. Es imposible pedirle a los dueños que bajen la cumbia para poder escuchar.

5 patadas en el orto:

Nati Alabel dijo...

El turismo en San Telmo es un ROBO!!

El gato vagabundo dijo...

Si... pero un robo eclesiastico!

Wonder dijo...

Santas Leyendas, Batman!!!, dijo Robin, que justo pasaba por aquí caminando como una amanerado.
Menos mal que existen payadores que hacen que estas historias sigan contándose de boca en boca.
Un gusto estar por este sitio. Agéndeme.

El gato vagabundo dijo...

Bienvenida Wonder!
Espero sorprenderla como hago con estos fieles seguidores (que son un primor de personas, vea!)

No se olvide de pasar por el gato vagabundo (link en la derecha), otra faceta del mismo autor.

Saludos

Wonder dijo...

Si, si, en eso estoy.
Puedo ir vestida igual o llevo otra pilcha?
Mire que no quiero quedar como una desubicada en mi primer día...