viernes, 22 de mayo de 2009

San Solomeo Desatanudos

Bueno... mas allá del chiste fácil que suelen pensar los señores lectores, debo decirles que la historia de este santo no es nada feliz.

Tal parece, que fuera requisito indispensable para ser santo, ser un verdadero infeliz en la vida.

Podríamos por caso citar a infelices realmente notorios, que los posiciona inmediatamente en la grilla de partida para la carrera a la santidad. Podríamos, si, pero no lo haremos (como cuesta no decir un nombre!...) por cuestiones de privacidad (casi casi se cae un nombre...) y derechos civiles.

LA HISTORIA

Solomeo trabajaba en una herboristería de la calle Lima.

Cierta vez, un cliente habitual de la casa sufrió un gravísimo contratiempo: tenía tránsito pesado.
No. Tránsito lento no... PESADO.

Para que puedan comprenderlo, cada... llamemoslé "vehículo" ostentaba una tara y un largo total equivalente al de un camión con acoplado y semi.

Y el peor problema del pobre sujeto no era ese... era la velocidad del tránsito, equivalente a la velocidad máxima en autopistas, lo cual le provocaba severos daños en... digamosle... la "cabina de peaje".

Este acongojado cliente, solicitó cierta tarde un consejo a nuestro buen pastor de hierbas y ciruelas pasas, apelando a su notable calidad humana, ya que, según él, su problema de tránsito se había agravado en las ultimas horas.

En... bueno... digámosle... la "salida de la autopista", se le habían enredado a este pobre hombre los... hummm... llamemoslé... "yuyos"... formando una fina e inexpugnable tela de araña, a la espera de la próxima víctima.

El terror era visible en el rostro del atormentado cliente, ya que, según sus cálculos, el próximo convoy con destino a... llamemoslé por caso... "villa charco blanco", estaba a menos de una hora de la "salida de autopista".

Esta situación no solo acortaba los tiempos para actuar, también situaba a Solomeo en una posición poco feliz, donde debía exhibir sus cualidades humanas ante la preocupación de este comprador habitual, o simplemente hacerse el desentendido.

- ¿Y que quiere que haga? - preguntó desafortunadamente Solomeo

La respuesta no tardó en golpearlo directamente en la cara. Desatame los nudos!" vociferó el aterrado comprador de almohaditas rellenas y pelones de San Juan.


Al aceptar aquel desafío, nuestro santo se estaba comprando una pequeña parcela en el cielo.


Solomeo hizo una labor impecable, y se convertiría así en el desatanudos oficial del barrio, viviendo ciertamente una vida repleta de infelicidad e ingratitud por parte de los desatados, que nunca regresaban a agradecerle efectividad y su infinita sabiduría y paciencia.


Al momento de morir por constipación, cuenta la historia que nuestro mártir barrial gritaba:
-"¡Solo meo!¡Solo meo!".


Murió en la soledad, como todos los santos, a causa de la auto-explosión.

A los sopocientos dias del año sancuecientos sosiensoisiete, elevamos una plegaria al santo manos de tijera.


Oh Solomeo, Oh salvador
Desatame los nudos
Te pedimos por favor

Oh Solomeo, Oh santo gentil
Te pedimos nos liberes
De este problema textil

Oh Solomeo, Oh santidad
No nos abandones ahora
En este momento de necesidad

Desata nuestros nudos
Descarta las pelusas
Para que el transito fluya
Sin dolorosas escaramuzas!

2 patadas en el orto:

Nati Alabel dijo...

Podés creer que leí esto justo después de haber salido del baño? tuve un problema de vehículo pesado. me habrá ayudado san solomeo??

El gato vagabundo dijo...

Seguro!, Dicen que Solomeo llega justo segundos antes que todo el tráfico cuando le abren el semáforo!