GUERRA FRIA - Información Confidencial

La luz entró por la ventana del 5°D.

Yo miraba el techo, mientras pasaba mi mano por su pelo rojo.

- Coger es fácil - dijo ella - lo difícil es generar ese deseo de repetir.
- Si, es fácil... una vez que está aceptada la propuesta - dije yo.
- ¿Y eso como se interpreta?
- Se interpreta así: para vos puede ser fácil, pero a mi me costó un huevo llegar a esto.

Me levanté. Me vestí. Cerré la puerta y me fuí.

Toqué el portero eléctrico abajo.

- Tenias razón - dije - porque, que yo desee repetir es improbable.

"Y la reputa madre que te parió" gruñí mientras abría el auto. Saqué el CD de música para minitas pelotudas que estaba puesto desde hacia tiempo, y lo tiré como frisbee por la ventana. Puse "Ok Computer" mientras entraba a la Lugones.

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"En la próxima guerra mundial, como un afilado proyectil, yo nací de nuevo"
- Cada mañana es una guerra mundial para mi...

"En una explosión interestelar, volveré para salvar el universo"
- Soy el salvador. ¡Como no se dieron cuenta aun de esto!... ¡idiotas!

A esta altura, la psicosis que había desarrollado era peligrosa e incontrolable. El 405 volaba por el carril izquierdo a 180 Km/h, mientras pasaba la escuela de la armada, la cancha de River, y el aeroparque, casi sin darme cuenta.

"En un veloz auto alemán, estoy sorprendido de haber sobrevivido, un airbag salvó mi vida"
- Este no tiene airbag... ¿Pero en que carajos estaba pensando cuando hablé con esta colorada pelotuda?...

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Entonces sonó el celular. Un Ericsson color borravino, de esos que tenían una frágil tapita, y teclitas duras y transparentes. Lo abrí y me lo apoyé en el oído mientras desaceleraba y volvía a la realidad.

- Sos un enfermo.
- Si... me estoy dando cuenta de eso. Pero gracias por avisarme.
- Volvé... dale.
- Necesito ir a un psicólogo urgente.
- Mi vieja es psicóloga...
- ¿No va contra la ética eso?

Quince días después, mi vida había cambiado completamente. Me acostaba con la psicóloga durante las sesiones, con la madre de mi amiga durante la semana, con mi amiga los sábados y con las dos juntas, los domingos, en su casa quinta del Tigre.

¡Ahora si que estaba curado!...

De las múltiples personalidades que había desarrollado, al menos cuatro de ellas la estaban pasando bárbaro. Al menos a tres de ellas, les habían generado aquel deseo de repetir. Las otras tenían el cerebro devastado.