lunes, 10 de noviembre de 2008

El buen samaritano

Un día como hoy, hace 5 años, pasaba un momento extraño.

Mi esposa es de Córdoba. Yo, de Buenos Aires. ¿Como?¿Que que te importa?...

Importa, porque hace a la historia. Callate y seguí leyendo.

Durante un tiempo, viajábamos cada fin de semana para vernos. Recorríamos los 800 km para enroscarnos durante todo el día, y volver el lunes a la madrugada, felices y exhaustos, a nuestra vida diaria.

Un domingo a la noche, en un fin de semana que había viajado ella, fui a llevarla a la terminal de Retiro.

Y teníamos un ritual post partida del ómnibus: Yo perseguía al mismo y me ponía debajo de su ventanilla. Recorría la costanera, e intentaba permanecer a su lado hasta que el micro desviaba en panamericana, y yo seguía por Av. General Paz. Y para hacer esta locura, tenía que salir corriendo al estacionamiento de la terminal, sacar el auto rápido, retomar, y buscar el colectivo. Y era necesario seguir el recorrido habitual de estos. Esto es, por la avenida Ramos Mejía, pasando por el puerto arenero, la puerta del boliche La Diosa, costanera, su ruta.

Una de esas noches, salí tan rápido, que no encontré el micro. Este había quedado muy atrás. Y decidí volver a casa en lugar de esperarlo en la zona del puerto. Domingo. 23Hs. Lloviznaba y amenazaba a mas. Y ahí, en la puerta de La Diosa, en plena soledad y oscuridad, había una chica. De delicada estampa, cara de estudiante, una chica común. Vestida con un jean, y un pulovercito. Sola. Y con cara de desesperación y miedo.

Aparentemente estaba esperando un colectivo en una zona bastante tenebrosa.

Pare el auto, y retrocedí, con toda la intención de sacarla de ese lugar, y acercarla al menos al aeroparque. Bajé la ventanilla del auto y le pregunté si necesitaba ayuda, o que la llevara hasta algún lugar un poco mas seguro.

Me respondió con una voz dudosa. Y me ofreció un servicio de índole sexual.

A todo esto ya estaba agarrada/o de la puerta.

- Pensé que necesitabas ayuda o algo así - dije intentando huir.
- Necesito ayuda, dejame subir...
- Mira, no, pensé realmente que estabas en problemas.
- Ayudame, llevame en tu auto...
- No... yo...
- Dale... sacame de acá... por favor
- No puedo. Disculpame, pero no puedo.

Huí. Ya en la avenida Rafael Obligado, reflexioné sobre lo que había sucedido. Tal vez, debí haberlo sacado de ahí. Tal vez necesitaba de mi ayuda realmente. Pero el no estaba ahí por un cruel designio del destino a corto plazo, esperando un colectivo. No. El estaba esperando a un cliente.

Y yo nunca compré sexo. Al menos, no hasta hoy. O al menos eso es lo que me hicieron creer.

Me arrepentí. Me hubiera gustado ayudarlo, si es que realmente lo precisaba, pero, ¿y si después no lo podía bajar del auto?¿si la situación se ponía espesa?¿si justo pasaba el bus de mi actual esposa y me cazaba levantando travestis?¿como salía de ese embrollo?

Lo hubiera explicado, claro. Pero igual... de esa situación, difícilmente se vuelve.


¿Que debería haber hecho?

3 patadas en el orto:

Viejex dijo...

No se como lograste zafar diciendo "disculpame" si ya estaba agarrada/o a la puerta... o no zafaste o le dijiste algo mas fuerte... y como no veo que tengas pruritos en este espacio para proferir las palabras mas execrables, concluyo que no zafaste! Para la proxima, si queres zafar en serio, simula que tenes convulsiones, o mirala/o con cara de loco y preguntale algo asi como "Zultron ya bajo? ya esta con nosotros el salvador? donde esta la nave nodriza!!! HABLA O TE DESINTEGRO YA MISMO, RATA GALACTICA!!!"

Nati Alabel dijo...

Le hubieras dicho: "yo te saco, pero nada de sexo, eh!". Aunque hubiera sido demasiado bizarro...nah, hiciste bien en rajar.

El gato vagabundo dijo...

Viejex: Lei tu comentario y me empece a reir a carcajadas. En serio. Hace años que no me rio asi. Y aquella noche zafé, porque ella/el no pudo correr tan rapido como el auto, asi que tuvo que soltar la puerta. Pero para la proxima, juro que voy a usar lo de Zultron. ¡LO JURO!

Naty: Hubiera sido como decirle a un terrorista "bueno, yo te dejo manejar el avion, pero nada de chocarlo contra alguna torre gemela eh!". Que se yo, tal vez fui una mierda. No lo sabré nunca.
Lo que si se, es que nunca he comido carne de traverso...